Hace poco estuve en Orense, es una ciudad bonita y bien
conservada. Pero lo que realmente me gustó ver es el Monasterio de Santo Estevo
de Rivas de Sil. Está situado en un enclave maravilloso junto al río Sil y tras una magnífica restauración
funciona como Parador de Turismo.
Había
una exposición sobre afiladores y esto me lleva a contaros un poco de historia.
Orense es tierra de afiladores. Estos hombres se pasaban varios meses fuera de
casa tirando de la rueda de afilar, en bicicleta o más recientemente en moto
para ganarse la vida.
Pero no
os creáis que se quedaban en Galicia. El propietario de esta rueda de afilar
recorría Castilla La Mancha.
Y el de esta moto con rueda de afilar iba hasta Navarra,
País Vasco y Francia.
Una vida dura la de estos artesanos ambulantes, que a veces
cambiaban su oficio por otro que les diese más dinero o lo realizaban de manera
simultánea.